Cualquier disculpa es buena para hacer repostería y, sobre todo, para comèrsela. Es una buena forma de compartir una actividad que les encanta con sus abuelas o madres.
Nico nos ha hecho unas marañuelas riquísimas con ayuda de su mami. Marco y Mario, nos han traído gominolas caseras que mamá les ha enseñado. Hugo, unas pastas deliciosas que la abuela le ha hecho. Amaia tambièn ha colaborado en la hazaña que su mami ideó, unas riquísimas minimagdalenas.
Edito el artículo pues Naiara se ha sumado a la "dieta" con unos Suspiro....uumm...
Muchísimas gracias en nombre de todos los niños y niñas y tambièn del equipo docente, que ha tenido el enorme placer de degustarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario